Difusión Cultural
3. Páginas de Granada
El sastre del Campillo
Rodolfo Gil Griman

AN popular es en España, que se cita por todos como prototipo de la generosidad, que con daño de los propios intereses sacrificase por el prójimo.
Ignoraba yo que fuese granadino hasta que vine á(1) esta ciudad y oí relatar á sus paisanos las cosas del maestro
Pichurra, que en un portalillo del Campillo Alto tenía instalado su taller, y derrochaba el ingenio y la gracia que Dios le había otorgado.
Como los tiempos eran malos, y á las gentes parecíales caro todo lo que costase más de un
chavico(2), y aún los pocos parroquianos que
Pichurra tenía huían de él porque cobraba dos reales por sólo el corte de un pantalón para vestir, el sastre llegó á perder el sueño cavilando el medio de que había de valerse para que su clientela aumentase; y al fin se dejó caer entre las comadres del barrio, diciendo que él
cosía de balde y ponía el hilo, sebo [sic] irresistible que las mujeres económicas y los hombres tacaños mordieron, y se tragaron bien pronto, acudiendo en tropel á casa de
Pichurra y guardando vez á su puerta cuando en el taller no cabían ya los parroquianos.
Entreteníalos y los encantaba el maestro con chistes y cuentos divertidos, y aprovechaba sus distracciones para sisarles tela de aquella cuyo corte le encomendaban. Y en las mermas sacaba el sastre más que lo que, por no cobrar nada de gasto de hilo y corte, perdía.
Así, como nadie acertaba con el busilis de
Pichurra, pusiéronle todos sus clientes en los cuernos de la luna y colmáronle de elogios por su liberalidad, por lo cual se hizo famoso en el libro de los proverbios populares desde que corrió por toda España la frase que repetían á sus sirvientes ó demandaderas las mujeres de esta tierra siempre que había que renovar la indumentaria masculina:
-Toma: ve al sastre del Campillo. Anda, que te cosa de balde y ponga el hilo.
NOTAS
(1) Se ha respetado en todo momento la grafía del documento original.
(2) De “ochavo”, moneda española de cobre con peso de un octavo de onza y valor de dos maravedís, mandada labrar por Felipe III y que, conservando el valor primitivo, pero disminuyendo en peso, se siguió acuñando hasta mediados del siglo XIX. Real Academia Española de la Lengua. www.rae.es . En Granada se ha conservado el término popular "chavico".
Torres Molina, Manuel. [Fuente de la Plaza del Campillo]. Siglo XX, Colección Municipal
Gil Griman, Rodolfo. El país de los sueños: páginas de Granada, Granada: Tip. Lit. Paulino